Buenos días, buenas tardes, buenas noches amigos de la literatura.
En esta ocasión hablaré de un libro que nos explica cómo la relación entre digestión y cerebro afecta a la salud y al estado de ánimo.
Título: Pensar con el estómago
Autor: Dr. Emeran Mayer
Páginas: 382
Editorial: Grijalbo
El presente manual se divide en tres grandes bloques. En la primera parte se nos habla del cuerpo como si de un ordenador superinteligente se tratase, de la relación entre la mente y el cuerpo, de cómo se comunica la mente con el aparato digestivo, de cómo hablan los intestinos con el cerebro y del idioma de los microbios como componente clave del diálogo entre el aparato digestivo y el cerebro. La segunda parte está dedicada a recuerdos, sensaciones y emociones. Por consiguiente, la tercera parte se centra en la prevención y cómo mejorar la salud mental y física.
El sistema digestivo es mucho más delicado, complejo e importante de lo que hasta ahora ni siquiera sospechábamos. Estudios recientes sugieren que, en interacciones cerradas con los microbios propios de los intestinos, estos pueden influir en las emociones básicas, la respuesta al dolor y las relaciones sociales, e incluso en muchas de las decisiones que tomamos, y no sólo las que incumben al tipo o cantidad de comida. Los intestinos tienen capacidades que superan a las del resto de los órganos y que incluso están a la altura de las del cerebro. El aparato digestivo cuenta con su propio sistema nervioso, que en ciencia divulgativa se denomina con frecuencia como "el segundo cerebro". Consecuentemente se da una comunicación bidireccional entre el intestino y el cerebro, mediante gruesos cables nerviosos que transfieren la información en ambos sentidos.
Sabemos muchas cosas sobre los efectos perjudiciales que el estrés crónico tiene sobre las interacciones entre el cerebro, el intestino y el microbioma. Sin embargo. ¿Qué sucede con otras emociones que son positivas? Se ha estudiado cómo cada una de esas emociones y sus sistemas operativas respectivos pueden ser activas en el cerebro por una señal química distinta: las endorfinas cuando estamos contentos, la oxitocina cuando estamos cerca de nuestro cónyuge o hijos, y la dopamina cuando deseamos algo. Cuando esos interruptores químicos encienden los sistemas operativos respectivos en el cerebro, se da una reacción intestinal distinta con patrones característicos de contracciones, secreciones y circulación sanguínea intestinal.
En el libro se habla de la alimentación, con una mención especial al gluten. La celiaquía, junto a otras intolerancias y alergias alimentarias ha aumentado considerablemente en las últimas décadas. En el caso concreto del gluten se presentan tres hipótesis: la primera que se ha propuesto es que se ha incrementado el consumo de alimentos que contienen gluten, la segunda que se ha producido un cambio en el sistema inmunitario, y la tercera tiene que ver con las alteraciones en el cultivo y las modificaciones genéticas del trigo.
El eje cerebro-aparato digestivo-microbioma establece una estrecha relación entre la salud cerebral y lo que comemos, cómo cultivamos y procesamos la comida, qué medicación tomamos, cómo llegamos al mundo y de qué forma interactuamos con los microbios de nuestro entorno durante toda la vida. Ahora que empezamos a entender esta maravillosa complejidad de la conectividad universal, empezaremos a ver el mundo y nuestra propia salud con otros ojos.
A la conclusión que llego con este libro es que cerebro e intestino deben ser analizados y tratados como un todo inseparable.
NIVEL LECTOR
Un libro envolvente y sorprendente que llevará al lector a descubrir aspectos de su salud física y emocional que desconocía. Una obra sencilla de leer, que a nadie dejará indiferente.
SINOPSIS (Contraportada)
Una forma sencilla de mantener un diálogo óptimo entre mente y cuerpo para conseguir innumerables beneficios en la salud y el estado de ánimo.
Todos hemos experimentado en algún momento la conexión existente entre mente e intestino. ¿Quién no recuerda haberse mareado en una situación estresante o de riesgo, haber tomado una decisión importante basada en una primera impresión, o haber sentido mariposas en el estómago antes de una cita?
Hoy podemos demostrar científicamente este diálogo y apreciar el impacto y la complejidad de cómo el cerebro, el intestino y el microbioma se comunican entre sí.
El doctor Emeran Mayer demuestra que con una dieta simple podemos conseguir equilibrio entre la mente y el intestino y ser más positivos, mejorar nuestro sistema inmune, disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades como el párkinson o el alzhéimer, e incluso perder peso.
¡Qué interesante! Lo anoto.
ResponderEliminarFeliz Navidad :)
Lo quiero
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